Tengo un par de Renos

23.4.07

VISIT SCOTLAND



Hace tres años viajé a Edimburgo. Escocia. He de decir que nunca había sido uno de mis destinos prioritarios, pero gracias a las contagiosas ganas que tenía mi buena amiga Carmen por conocerlo, pues allá que nos fuimos. Y así, sin comerlo ni beberlo, comenzó mi historia de amor incondicional con esa ciudad. Y con ese país.


Hace tan sólo una semana que he vuelto de mi segunda incursión en el reino de la gaita y el kilt. En esta ocasión viajé a Edimburgo, pero el verdadero motivo de mi visita era ir a conocer las Islas Hébridas. En concreto, la isla de Mull, la isla de Iona y la isla de Staffa. Y entre barcos y trenes. Con mi maleta a cuestas. Mi historia de amor se consolidó.


Es cierto que hay países en los que te sientes muy cómodo. Otros que son realmente bellos. Otros que no te gustan nada. Y otros de los que te enamoras. Y eso es lo que me pasa a mi con Escocia. Sin saber muy bien por qué, desde que puse un pie allí, sentí que estaba como en casa. Sentí que quería vivir en esas calles empedradas. Entre esa gente tan simpática. Con esa cultura tan alucinante. Y lo haré. No sé cuando. Pero se que lo haré.






En Edimburgo lo ideal es perderse. La ciudad está dividida en dos partes bien diferenciadas. La parte vieja. Y la parte nueva. Ambas divididas por dos calles emblemáticas: la Royal Mile y Princess Street. La parte nueva es de corte vistoriano, elegante, con amplias calles y parques. Y bañada por el río que atraviesa la ciudad. La parte vieja está compuesta por un sin fín de callejones retorcidos, cementerios, iglesias, que esconden terribles historias de asesinatos y fantasmas. El contraste es realmente divertido. Olvida el mapa y pasea. Habla con la gente. Deambula y descubre los secretos escondidos de la ciudad. No te arrepentirás. Y por la noche... a un buen pub. A tomar una pinta y a charlar con los lugareños. Que es algo realmente fácil. Porque son terriblemente agradables, accesibles y simpáticos.




Las Islas Hébridas, por su parte, son un canto a la naturaleza salvaje. Con una población realmente escasa para la extensión que tienen, en ellas puedes encontrar zonas volcánicas, enormes pastos verdes, bosques frondosos, animales sueltos en plena carretera (la típica vaca escocesa peluda, ovejas, águilas,...). Lo mejor es coger un coche, haciendo un ejercico mental considerable para acordarte de ir por la izquierda, y recorrerla de punta a punta. Y luego, hacerse a la mar en pequeños barcos para recorrer las costas y las pequeñas islas de las que se componen.

Y como una imagen siempre vale más que mil palabras, al menos eso dicen, pues aquí van unas cuantas. Una pequeña muestra de las más de 600 que hice en este viaje. Todo es poco para mi querida Escocia.







































Etiquetas:

4.4.07

DIA DE PERROS














Hoy, definitivamente, ha sido un dia de perros.

Primero, porque bajo mi ventana, a diferentes horas, con diferentes dueños, y de diferentes razas, a los perros les ha dado por montarse una fiesta de Semana Santa. Se han puesto a ladrar como locos, como si supieran que para ellos también empiezan las vacaciones. Y, con un poco de suerte y unos amos rumbosos, un viaje a cualquier otro lugar más apetecible para ser un perro. Porque Madrid no es muy acogedor para pasear, marcar territorio y hacer las cosas que hacen los perros. Mejor en el campo. O en la playa. Eso debían pensar los de mi calle hoy, reclamando a ladrido limpio su derecho de escapada.

Y segundo, porque hoy ha sido el dia que he elegido para eliminar de mi vida el tabaco. Y he elegido un dia de perros. Por los que ladraban bajo mi ventana, por el día gris y lluvioso, y porque el primer dia sin tabaco es duro. Ya me gustaría coger a ese que escribió el libro que todo el mundo lee para dejar el vicio, ese que dice que es fácil si sabes cómo, a ese le metía el libro yo por donde nunca sale el sol.

Y para no pensar mucho en el tabaco, pues me ha dado por hacer cosas. Podría haber ido a un cine, a dar un paseo, a comprarme un capricho por ser tan bueno, pero no. Me ha dado por limpiar la casa como un poseso. A lo Monica de Friends. Hasta el último rincón de mi pisito he limpiado a conciencia. No he dejado de pensar en el tabaco, claro. Pero al menos ahora podría comer en la taza del water, de lo reluciente que la he dejado.

Mientras limpiaba los cristales he mirado el cielo. Y me ha embargado un sentimiento de belleza inexplicable. Sin saber por qué, he cogido la cámara y he empezado a fotografiar las antenas que se ven desde mi ventana. No es un atardecer en una playa. Ni un pasto verde con caballos salvajes. Pero en ese momento me ha parecido algo muy bonito, que removía algo dentro de mí. Igual es el mono por el tabaco. Igual soy un yonki de esos que alucinan y ven cosas, y dentro de un rato me atacan arañas gigantes imaginarias desde el techo de mi habitación. Igual estaba hoy sensiblón y melancólico. Yo que sé. Pero he descubierto que me gustan las antenas de los tejados recortadas en el cielo.

Si dentro de tres días sigo así, vuelvo a fumar.



















Etiquetas:


adopt your own virtual pet!