Tengo un par de Renos

29.9.07

LUCÍA Y EL PAYASO



Lucía era una niña afortunada. Ella era la única niña en el mundo que no necesitaba que su madre le despertara por las mañanas para ir al colegio. Ella tenía su propio despertador. Todos los días, a las 7 de la mañana, un gusano gigante al que le encantaba hacer footing le daba los buenos días mientras le tarareaba una canción. Ella saltaba de la cama. Corría hacia la ventana. Y le decía adiós con su pequeña mano a aquél gusano deportista. Sí. Lucía era una niña afortunada.

Eso le decía su madre. Una mujer fuerte. Una mujer un poco triste. Una mujer con una historia difícil. Una mujer no tan afortunada como su hija. Y que en su intento por ocultarle lo malo de la vida se inventó esa historia. Para que los trenes que pasaban junto a su casa se convirtieran en el privilegio de una princesa.

Todos los días, despues de desayunar, Lucía atravesaba un puente para ir al colegio. Un puente que le permitía ver el lomo de aquellos gusanos que a veces parecían tener prisa. Pero que siempre encontraban tiempo para dedicarle una canción. Y al final de ese puente, sin faltar a su cita, todos los días Lucía se encontraba con un payaso. Un payaso con lágrimas en los ojos que se maquillaba la cara sentado sobre una vieja maleta de viaje.








A Lucía le daba un poco de miedo. Porque siempre le decía hola con los ojos vacíos y la boca rota. Con la tristeza entre sus manos. Pero ese día Lucía, que era muy curiosa, decidió preguntarle.

-Payaso, ¿por qué estás siempre tan triste?
-Los payasos regalamos la alegría a los niños. Y nunca nos quedamos con nada.

A Lucía le pareció que era muy noble el trabajo del payaso. Pero le pareció injusto. Durante sus clases no pudo concentrarse. Sólo tenía las palabras de aquel payaso en la cabeza. Y durante el recreo, mientras se comía su bocadillo de mortadela, tomó una decisión.

Esa tarde, al volver del colegio, Lucía revolvió toda la ropa de su armario buscando algo que pudiera servirle. Esto no. Esto no. ¡Esto! Cogió del baño el maquillaje de su madre y, subida en un taburete, comenzó su transformación frente al espejo. Un poco de blanco por aquí. Un poco de rojo por allá. Recortó una esponja del baño intentando que pareciera una pequeña pelota. Luego se puso unas zapatillas del abuelo y salió de casa.

Lucía caminó por el puente que recorría cada mañana para ir al colegio. Al final, como siempre, se encontraba el payaso. Estaba hinchando globos de colores y haciendo perritos con ellos. Lucía se paró delante de él. El payaso la miró sorprendido. Y ella le regaló toda la alegría que era capaz de sentir. Un globo se escapó de las manos del payaso. Y una brillante sonrisa apareció en sus labios.


-Ahora ya sabes lo que es ser un niño. Guárdate mi alegría. Así no estarás tan triste.

Y Lucía, después de decirle estas palabras, se encaminó de nuevo hacia su casa. Pasó un gusano a toda velocidad y le dedicó una canción. Pero Lucía no le hizo caso. No le hizo ilusión ese concierto privado. No sintió nada. Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas. Se sintió triste. Vacía. Y entendió a ese payaso que todos los días le decía hola.


Etiquetas:

18.9.07

DRAGONETTE



A quienes me conoceis bien, no he de contaros mucho acerca de mi caracter un poco excesivo y radical. A quienes no me conoceis, os hago un breve resumen: yo soy o todo o nada. Las medias tintas no me van mucho. Aunque en los últimos tiempos estoy intentando hacer un esfuerzo por mantenerme en el punto medio. Que, según dicen, es donde se encuentra el equilibrio. Aunque gracias a ellos, he vuelto a recaer. Gracias a ellos me he vuelto a convertir en un desequilibrado.

Ellos, son Dragonette. Los culpables de que mi balanza se encuentre un poco desnivelada. Y todo gracias a su disco de debut "Galore", un pequeño oasis en medio de tanta mediocridad musical. ¿Por qué no puedo dejar de escucharlo?

Dragonette es un grupo musical formado por Martina Sorbara (voz y teclado) y Dan Kurtz (bajo). Ambos son canadienses de nacimiento y forman un matrimonio perfecto, tanto musical como sentimentalmente. Se conocieron en un festival hace dos años, se enamoraron y decidieron juntar sus vidas en todos los ámbitos. Íntimos amigos de los Scissor Sisters, hacen un pop electrónico con tintes glam de letras divertidas y ritmos muy pegadizos. No espereis nada muy intelectual. Pero si un disco lleno de temas redondos con un toque petardo y muy bailables. De hecho, reconocen sin complejos que adoran ir a los conciertos de Britney Spears. ¿Se puede ser más petardo?



Para que vayais entrando en el mundo Dragonette, aquí teneis el video de su single "Take it like a man", donde recrean de forma divertida el mundo del porno de los años 70. Un gran video. Un gran tema.

Etiquetas:

12.9.07

I would die as a dog


Un fria noche de invierno. Las calles están mojadas por la fina lluvia que cae sobre la ciudad. Caminas por un solitario callejón, únicamente iluminado por la luz parpadeante de una farola. Un ruido. El aire golpeando tu cara. Pies torpes. Risas sin dientes. Jirones de ropa. Te giras. A lo lejos, en la penumbra, ves un figura. Se acerca lentamente. Tu también. ¿La conoces? Cuando está frente a ti, un golpe de luz te muestra su cara. Laceraciones. Sangre. Carne en descomposición. Empieza la pelicula. Y tu eres el único protagonista...
Decidme la verdad. No seais mentirosos. ¿Alguna vez habéis soñado con convertiros en héroes de película? Yo, al menos, sí. Cada vez que veo una película de terror, me imagino a mi mismo (previo retoque mental en tema musculos, carita mona, pelo perfecto, ropa genial...) luchando contra las fuerzas del mal. Valiente y aguerrido. Sorteando obstáculos. Salvando a la chica guapa. Matando sin escrúpulos a los malos. Convirtiéndome en el líder cachas y buenorro del grupo de supervivientes.

Pues bien, ahora es el momento de comprobar si esa fantasía podría trasladarse a la realidad.

Curioseando en blogs ajenos, un ejercicio realmente divertido y saludable (mucho más que machacarte a abdominales en el gimnasio), he descubierto un curioso test. El planteamiento es sencillo. ¿Sobrevivirías a un apocalipsis zombi? Se trata de averiguar, a través de una serie de preguntas con muy mala leche, si serías capaz de permanecer con vida en el hipotético caso de que tu ciudad fuera presa de un ataque zombi. Yo le he hecho, y os digo que no sería un héroe. Mas bien al contrario, moriría como un perro. Bueno, me convertiría en un zombi. Y pensándolo bien... no estaría tan mal. No tendría que andar escondiéndome, ni matando a nadie, ni sufriendo por la tensión. Sólo tendría que preocuparme por conseguir cerebros frescos que llevarme a la boca. Sin ninguna pretensión mayor. Un descanso para mi ajetreada mente....

Averiguad vuestras posibilidades de supervivencia aquí
¡Yo tengo un mísero 31% de probabilidades!





Mingle2 - Free Online Dating

Etiquetas:

3.9.07

1 DE SEPTIEMBRE

Nunca he sido una persona muy dada a recordar fechas. No recuerdo la fecha en que perdí mi virginidad. No recuerdo cuando murió mi abuela Paquita. No recuerdo la fecha en la que conseguí mi primer trabajo. Por no recordar, no recuerdo ni el día del cumpleaños de mi madre. Ni el de mi padre. Sencillamente, no recuerdo fechas.

Sin embargo, el 1 de Septiembre de 2007 siempre lo recordaré mientras viva. Y quizás después de muerto también. Nunca se sabe. Porque el día 1 de Septiembre fui feliz. Con muy poco. Casi sin nada. Fui feliz. Y eso es mucho. No puedo permitirme el lujo de olvidarlo.

El día 1 de Septiembre me convertí en el capitán de una banda de espidermanes. Uno tenía unos ojos enormes. Brillantes. Parlanchines. Otro, una sonrisa capaz de derretir cualquier corazón. Una sonrisa inocente. Y la última, la más pequeña, era capaz de correr y gritar al mismo tiempo. Sin ahogarse. Sin dejar que un pañal incómodo le impidiera realizar tal hazaña. Juntos conseguimos derrotar a los malos con nuestras telas de araña imaginarias. Y, aunque algún espiderman radical quería matarlos, al final sólo los enviamos a la cárcel. Y lo hicimos nosotros. Los espidermanes con "e".




El día 1 de Septiembre vi como la vida se abría paso entre mis dedos. Con su perfección. Su fragilidad. Su fuerza. Y con sus temblorosas manos, la vida, cogió uno de esos dedos que la sostenían. Apretándolo. Y me hizo cambiar. Me hizo distinto. Me hizo nuevo. Me hizo estar vivo. Gracias Lucía. Gracias vida.



El día 1 de Septiembre hablé con un semáforo desde mi barco de plástico. Él tenía que dar luz verde para mi partida. Pero cuando levaba anclas él se ponía en rojo. Pícaro. Juguetón. No me dejaba marchar. Y yo no me quería ir. Y allí estuvimos. Conversando sin palabras. Sólo con luces de colores. Mirándonos con dulzura. Después el semáforo se convirtió en un luchador y me amenazó con su látigo. Pero no me hizo daño. Nunca me lo haría.




El día 1 de Septiembre una niña con rizos rubios me regaló recuerdos de viajes pasados. El día 1 de Septiembre fui un pingüino. Y un pescador. Y un Noé con su arca. También fui un león. Y un deportista. El día 1 de Septiembre una mariposa muerta se convirtió en un tesoro. Y una pizza congelada en un banquete. El día 1 de Septiembre descubrí que un eructo puede ser divertido. Y que una mesa familiar se puede convertir en una mesa de boda.


El día 1 de Septiembre fui feliz. Porque una panda de niños me enseñaron que la vida es jugar. Y eso merece ser recordado.


Si. Siempre recordaré el día 1 de Septiembre.



Etiquetas:


adopt your own virtual pet!