Tengo un par de Renos

15.2.07

MIRA, MIRÉ UN MIRÓ Y NO ME GUSTÓ



Mis padres, cuando vienen a visitarme a la capital del reino, se meten entre pecho y espalda una sobredosis de actividad cultural de esas que te dejan reventado para toda una semana. Teatro. Cine. Museos. Conciertos. Espectáculo de Cortilandia. Y alguna que otra visita furtiva a San Ikea. Resarciéndose así de la anoréxica oferta que encuentran en su provincia natal. Que a su vez es la mía.

Pues bien, gracias a estos maratones culturetas he descubierto que mis padres tienen más personalidad respecto al mundo artístico que muchos de esos que se hacen llamar intelectuales.

Estábamos visitando la colección permanente del Reina Sofía. Caminábamos entre una multitud de suecos con chanclas y calcetines blancos, japos moviéndose al unísono entre una nube de flashes y jóvenes americanos más interesados en ligarse a la Catherine de turno que en las pinturas que colgaban de las paredes, cuando llegamos a la sala dedicada a Miró. Al Miró menos figurativo. Yo notaba que mi madre ponía caras raras. Pero las miraba en silencio. Hasta que, después de 10 minutos, no pudo morderse la lengua.

-Esto me parece una tomadura de pelo, por muy Miró que sea.




Justo detrás de ella había una señora. Se le acercó. Y quitándose las gafas de pasta le dijo.

-Mire, no sabe cuánto me alegra escucharla. Soy profesora de arte en la universidad de Nevada y creo sinceramente que esto es una mierda. No hay mucha gente que sea tan sincera.
-Yo de arte no se mucho, ¿sabe?
-No hace falta, señora. Sabe lo que le gusta y lo que no. Y eso ya es tener un concepto del arte.
-Es que esto me parece una tontería. No me dice nada.
-Completamente de acuerdo.

Mi madre se quedó muy contenta. Ella que siempre había creído que no tenía ni idea de arte se sentía reconfortada. Una profesora americana pensaba igual que ella.

Y es que vamos a dejarnos de gilipolleces. ¿Por qué nos tienen que gustar las cosas que se nos han dicho que son obras de arte? ¿Por qué tenemos que sentirnos mal si no nos gustan? ¿Por qué tenemos que fingir que nos parecen buenas? Se acabó. Yo, por ejemplo, odio el neorrealismo italiano. Me parece soporífero, aburrido, un truño. Y lo digo con la boca bien abierta. Y con la cabeza bien alta. Tengamos un poquito de personalidad. Y dejémonos de tanta corrección. De tanta pedantería.

Seamos libres!

1.2.07

LITTLE CHILDREN

Son las 2:09 de la mañana. Miércoles. 1 de Febrero. Y aunque lo más lógico para estar despierto entre semana, mientras escucho cómo los basureros trabajan bajo mi ventana a horas intempestivas, sería estar haciendo guarrerías en compañía o por mi cuenta. No. Simplemente acabo de ver la mejor película que mis ojitos pizpiretos se han llevado a su retina desde hace mucho tiempo.
Reconozco que la he visto pirateada. Y no os preocupéis, que ya me he flagelado bastante por estar cometiendo un delito. Cual religioso despreciando su cuerpo para estar más cerca de Dios me he metido unos cuantos latigazos con una toalla humeda antes de introducir el DVD en mi ordenador. Para purificar mi cuerpo pecador. Aunque ahora que lo pienso ha sido una soberana gilipollez. Porque he cometido el delito igualmente (y encima tengo unos moretones en la zona lumbar que duelen cosa mala). Y encima no he encontrado a Dios. Además de puta, apaleada. Pero bueno, basta ya de tonterias.

La peli se llama "Little Children", aunque por esa extraña manía de cambiar todos los nombres de las películas aquí la han traducido como "Juegos secretos". Lo mismo, vamos. El director es Todd Field. Y la protagoniza mi amada Kate Winslet y el prota de "Hard Candy" (de cuyo nombre no quiero acordarme, parafraseando a Cervantes). Secundados por una impresionantemente guapa Jenifer Connelly. Y por un actor flipante que no conocía y que se llama Jackie Earle Haley. Una auténtica bestia escénica. Se merece el oscar, al que está nominado, y todo lo que pida.

No quiero contar mucho de la película para no destriparla. Pero es realmente magistral. Cuando acaba sientes que eso es el verdadero cine. Historias geniales. Interpretaciones alucinantes. Ay, no se que más decir sin contaros nada. Cosa que no quiero hacer, porque tenéis que verla. Voy a dejarme poseer por el espíritu de Mayra Gómez Kemp (¿donde estará esa mujer?), y os voy a decir que trata, entre otros temas, sobre el adulterio. Y todo centrado en una zona residencial típicamente americana. Hasta aquí puedo leer...
Merece la pena, de verdad.

Bueno, me voy a dormir que ya está bien.


adopt your own virtual pet!