DESCUBRIENDO A ZHANG
Últimamente ando algo raro. No es que tenga una pata chula así, sin previo aviso, de la noche a la mañana, y camine de manera extraña por las calles de Madrid. Es que me encuentro un poco desubicado. Un poco con la crisis de los treinta. Y me he encerrado en casa, cual monje tibetano, en un alarde de resistencia. Porque he descubierto que puedo pasar muchas muchas horas, incluso días, encerrado en un cubículo de 30metros cuadrados. Sin pisar la calle. Y sin volverme excesivamente loco. Lo cual me hace suponer que de lo malo, podría resistir bastante bien un secuestro express.
Este encarcelamiento voluntario se completa con un ataque de limpieza fuera de las leyes de la razón y la lógica. Yo, que nunca he destacado por mis dotes de organización, me he erigido en firme capitan de un pelotón de batalla compuesto por mi mismo y mis voces internas, con la intención de ganar la guerra al desorden. He tirado cientos de cosas a la basura: objetos estúpidos que abarrotaban mis estanterías, ropa, cintas de video,... He dejado a mi casita tiritando. Con lo fundamental. Y todo muy bien organizado y potenciado según las directrices del feng-shui. Técnica de la que soy ferviente seguidor. Sí. Quizás si me he vuelto un poco loco ante el encierro. Pero bueno, es lo que tiene. Eso sí, tengo la casa como una patena. Loco. Sí. Pero muy limpio.
El caso es que el jueves pasado mi encierro llegó a su fin. Sin premeditarlo. Y pasé de no ver la luz del sol, a no ver la puerta de mi casa durante cuatro días. Todo el día de comidas, cenas, cervezas en terracitas, reencuentros con antiguos amigos,... La otra cara de la moneda. Y en una de éstas. Le descubrí a él.
Descubrí a Zhang Huan.
Zhang Huan es un artista chino del que ahora, gracias a PHE07 y en la Fundación Telefónica de Madrid, podemos disfrutar. Es un tipo extraño, uno de los primeros artistas chinos en utilizar la performance como canal de expresión artística. Zhang Huan (Anyang, Henan, China, 1965) trabaja única y exclusivamente con su cuerpo, convirtiéndolo en su herramienta de trabajo artística. Realiza perfomances bastante impactantes, sometiendo su cuerpo a condiciones físicas extremas con el fin de comprobar la relación existente entre cuerpo y espíritu. Huan fotografía cada una de sus actuaciones. Pero no como una mera labor de documentación. Las fotografías se convierten en una obra de arte independiente de su progenitora. Y con una fuerza visual, expresiva, lírica, como hacía tiempo que no veía.
Es bastante difícil intentar explicar su obra. Por lo que os recomiendo que os acerquéis a ver la exposición. Merece la pena.
FUNDACIÓN TELEFÓNICA
Gran Vía 28
9 junio-26 agosto
Horario: martes-viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00
sábado de 11.00 a 20.00
domingos y festivos de 11.00 a 14.00
Etiquetas: arte
2 Comments:
yo fui a verla el otro día y me sorprendió, pero me dejó un poco de mal cuerpo, la verdad. Hay cosas que encontré un poco desagradables... pero innovador es, eso sí..
este hombre esta perseguido en china... es super polemico, pero ya se sabe que es normal no ser profeta en tu tierrra...
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