Tengo un par de Renos

12.10.06

FERDY vs. FERGY: EL COMIENZO (vol.3)



Allí estaba yo. De pie. En calzoncillos. Viendo como dos renos ocupas habían tomado mi cama por la fuerza. Sus barriguitas peludas subían y bajaban al unísono. Acompasadas. Parecía que dormían profundamente. Me acerqué hasta ellos sin hacer el más mínimo ruido. Sin entender absolutamente nada. Tenían el morrito manchado de nieve. Y los ojos completamente cerrados. Sí. Estaban dormidos.

Debería haber salido corriendo. Debería haber buscado ayuda. Pero no lo hice. Me quedé observándolos. Incrédulo. Tomé aire. Me llené de valor. Y alargué mi mano, dominada por un temblor incontrolable, hacia la cornamenta de uno de ellos. Muy despacio. Quería comprobar si eran reales. O si formaban parte de una pesadilla con muy poca gracia. Estaba a punto de acariciarla. Estaba a tan sólo un par de centímetros. Casi podía rozarla. Pero el dichoso reno, que era muy de verdad, abrió los ojos de par en par. Y yo que me dejo la garganta gritando. Y él que emite un gruñido nada amigable. Y el otro reno que también se despierta. Y yo que intento huir pero me resbalo y caigo encima de la cagada que hay en el suelo. Y un reno que se levanta con cara de malas pulgas. Y yo que tomo la salida más fácil. Me desmayo.

Estaba tan feliz en mi estado de inconsciencia… Volvía a ser un niño. Corriendo por las calles sin asfaltar de San Gabriel. Fumando un Ducados a lo Marilyn Monroe en el balcón de casa. Durmiendo con la cabeza apoyada en el regazo de mi madre. Negro. Ahora estaba flotando en un mar de nubes esponjosas. Rodeado por un grupo de angelitos asexuados. Unos tocaban la lira. Otros cantaban. Y los demás jugábamos al escondite en la inmensidad del cielo. Negro. Ahora estaba en Hollywood. Recogiendo un oscar como mejor actor protagonista. Todos se deshacían en elogios hacia mi trabajo. Y yo encantado. Claro. Hasta Steven Spielberg estaba intentando seducirme para que participase en su próximo proyecto. Todo era perfecto. No quería despertar.



Pero desperté. Y me encontré con un reno justo encima de mí. Me tenía encerrado entre sus cuatro patas. Como en una cárcel. Se inclinó. Poco a poco. Buscando mi cara. Podía ver los pelillos de su nariz. Sentir su aliento. Pensé en la mala suerte que había tenido. Existen cientos de maneras de morir. Y a mí me había tocado la más absurda. La más estúpida. La más improbable. A mí me había tocado ser devorado por un reno en mi propia casa.

Me despedí de todos mis seres queridos. Mentalmente y muy rápido. No quería olvidarme de nadie. De pronto. Zás. Un lengüetazo. Zás. Otro lengüetazo. El reno empezó a lamerme compulsivamente. Las mejillas. El pelo. La frente. Me dejó hecho unos zorros. Lleno de babas por todos lados. Al menos parecía que le había caído bien. Luego me cogió del cuello con los dientes y me lanzó a la cama. El pobre lo hizo con todo su cariño. Pero me metió una ostia que casi me deja tonto para toda la vida. Se acurrucó a mi lado y siguió lamiéndome.

El otro no parecía ser tan amable. Ni tan cariñoso. Estaba en un rincón. Resoplando. Dando coces contra el suelo. Soltando una espumita blanca bastante desagradable por la comisura de sus labios de reno. Sin embargo, la curiosidad pudo con él. Animado por el reno besucón se acercó hasta la cama. Me examinó. Me olió. Incluso me meó. Al final también se acurrucó a mi lado. Y comenzó a lamerme. Me había dado su aprobación.

Y allí estaba yo. Con la casa destrozada. Metido en la cama con dos renos gemelos. Cubierto de fluidos varios. Y sintiendo una ternura que jamás había sentido.

Alguien me dijo alguna vez que la vida no es para pensarla ni para imaginarla. Que la vida es para vivirla tal y como venga. Aquel día decidí hacer caso del consejo. No sé de donde vinieron. Ni por qué. Ni cómo fueron a parar a mi armario. Lo único que sé es que decidí quedarme con ellos. Con mis niños. Con Ferdy y Fergy. Así los bauticé.

Desde entonces somos tres en casa. Y aunque es pequeña, nos apañamos bastante bien.

6 Comments:

At 10:59, Blogger kuu said...

vaya risas que nos echamos leyendo tu blog guapito, revisa tu contador porque los finesitos entramos casi a diario!!!! Besos

 
At 16:27, Anonymous Anónimo said...

Soy fan de Ferdy, el reno arisco, ¿o ese es Fergy? ¿Alguno de los dos tiene la nariz roja?

Besos desde el zulito de mi oficina :)

 
At 22:35, Blogger Mendieta Quintana said...

Tremendo: tenemos tantas coincidencias que parecemos gemelos:
1) Vivo en un tercero (y por cierto, eso me da qué pensar... Yo creía que un tercero era sinónimo de seguridad... más que nada por la altura... Pero... si pueden subir unos renos por la escalera con total impunidad... puede subir cualquiera...).
2) Siempre le he tenido miedo a la oscuridad y traía mártir a mi madre. Yo tb sudaba a mares debajo de las mantas (me río yo de las saunas); y además, dormía en posturas imposibles para no ser sorprendida por la espalda.
3) Yo tb he tenido bichos de todas las especies: pollitos de colores (en la galería), peces (que vivían en jarras), pájaros cantarines (que se quedaron ciegos por darles magdalenas), gatas juguetonas (que nunca me dieron alergia, y que hoy no podría tener ni a un metro de distancia), y una tortuga jibarizada (porque en la tienda me dijeron que le diera tres o cuatro gambitas (microscópicas) al día y eso hice durante muuuuchos años. En la actualidad vive felizmente en casa de unos amigos y ya debe rondar los dos metros, pues le dan de comer mortadela a discreción). No maté a ninguno pero la mayoría murieron por exceso de mimo. Yo no era mala, era ignorante (como tú).
4) Cuando estoy contenta conmigo misma me regalo toda clase de porquerías: hamburguesas con mucha mahonesa, tapas, ganchitos, patatas fritas, pipas, riskettos (no sé si se escribe así, pero son naranjas, puro plástico y un sabor maravillosamente indefinido que se te pega a los dedos aunque te los chupes), etc.
5) Tb tengo un vicio que he intentado dejar cada noche sin conseguirlo: El chocolate (Nestlé extrafino; o en su defecto, cualquier tipo de bombón). Yo siempre lo digo: “A mí que no me regalen flores. ¿Pa qué? Si luego se marchitan y se tiran... Pero una buena tableta de chocolate o una gran caja de bombones, siempre vivirán en mi barriga.”
6)Y tb han aparecido en mi casa dos ¡renosssss! Como lo lees.
Eso sí, éstos vinieron en una carta, desde la misma Laponia, caben en una mano y son de peluche. No hacen ruido y son muy amorosos. Llegaron la semana pasada...
Lo dicho: almas gemelas. Menos mal que yo soy la versión suave.
Encantada de conocerte.
Espero que tu vida con los renos sea, cuando menos, interesante.
Besos sin lametones.

 
At 10:58, Anonymous Anónimo said...

Cordero... ¿te vienes de excursión conmigo a Alcobendas el sábado?

jajajajajajajaja

 
At 12:22, Anonymous Anónimo said...

que miedo!!!!!! pero resultaron ser cariñosos...menos mal!!!! un poco guarros... en fin los tendras que educar para que vivan en la ciudad sin problemas, no pueden ir por ahi cagando, meando y lamiendo!!
A mi me gustan los dos, podriamos sacarlos a pasear!! por El Retiro!!
que bueno!!!
Muchos besos, Silvi

 
At 18:27, Blogger Vinou said...

Bueno, guapo, ahora cuéntanoslo a corazón abierto. Esta historia de los 2 renos, ¿es una alegoria para decirnos que has empezado a vivir en pareja de 3 con 2 tíos un poco peludos (en cualquier caso digo muy bien! hasta me pongo un poco envidioso), o es otra alegoria para decirnos que eres un poco esquizofrénico?

Muak

 

Publicar un comentario

<< Home


adopt your own virtual pet!